PUNTALLANA
Escudo partido. Primero, de sinople, cinco estrellas de oro, alargadas en su punta externa y siniestradas en arco. Segundo, de azur, cruz de plata resaltada de concha de lo mismo, vertiendo agua de los mismo, todo sobre ondas de plata y azur. Entado en punta, de gules, tres espigas de oro. Sobre el todo, escusón de oro con una graja volando al natural. Al timbre, corona real cerrada. Bajo la punta, cinta de gules con la leyenda “Dios-La Virgen-Mi Amada” en letras de sable. Las cinco estrellas simbolizan los cinco barrios del municipio, y con su disposición y forma figuran rayos de sol surgiendo desde el Este, posición geográfica que ocupa Puntallana en la isla de La Palma. La cruz y la concha son símbolos de San Juan Bautista, patrón del pueblo, y el agua que vierte la concha alude a los numerosos manantiales que existen en el territorio, mientras que las ondas simbolizan la insularidad. Las espigas de trigo hacen referencia a la importancia que tuvo este cultivo en el pasado, por lo que se conoció a Puntallana como “el granero de la isla”. La graja, ave emblemática de La Palma, según una leyenda apareció por primera vez en este pueblo y después se extendió al resto de la isla, la única de Canarias en donde anida. El lema alude a la leyenda del “Salto del Enamorado”, según la cual un joven, gritando estas palabras, intentó ganar el corazón de su amada girando sobre su lanza al borde de un precipicio, pero en el último momento se precipitó al vacío.
Puntallana es un municipio canario perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Está situado en el noreste de la isla de La Palma.
Tiene una extensión de 35,09 km² y una población de 2.553 habitantes (2020). Su altitud es de 420 metros sobre el nivel del mar y tiene una longitud de costa de 12,95 km, donde está el punto más oriental de la isla. Se encuentra a 10 km de la capital de la isla, Santa Cruz de La Palma.
El municipio cuenta con cinco barrios: Tenagua, Santa Lucía, El Pueblo (San Juan) o Puntallana, El Granel y La Galga.
En la época aborigen, el actual territorio de Puntallana correspondía con el cantón benahoarita de Tenagua, cuyo último jefe fue Atabara. Tras la conquista castellana se asienta un gran número de colonos que, gracias a las favorables condiciones climáticas de la zona, comienzan a desarrollar una agricultura basada en el trigo, lo que hace que el municipio se comience a conocer como el granero de la isla. También desde muy temprana época aparecen las primeras iglesias, como la de San Juan Bautista, la Ermita de Santa Lucía o la de San Bartolomé en La Galga, pero además las primeras casas señoriales como la Hacienda de Don Juan Fernández de Lugo en Santa Lucía o la Casa Luján. Al igual que muchos palmeros, los habitantes de Puntallana han tenido la necesidad de emigrar a otros lugares, sobre todo a América. A Partir de la segunda mitad del siglo XX, las condiciones de vida han mejorado notablemente (Construcción de la Carretera del Norte, llegada de la electricidad, mejoras en el abastecimiento del agua,
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