Gáldar
Medio partido y cortado. Primero, de gules, una corona antigua de oro; segundo, de plata, un león de púrpura; tercero, de sinople, una torre de oro cargada de una cruz de Santiago, acolada de una palmera de oro y acompañada de otras dos, resaltadas por sendos canes rampantes en su color. Bordura de gules con ocho pares de magados en su color puestos en aspa. Bajo la punta, cinta de plata con la leyenda “Reyes o Guanartemes”en letras de gules. Al timbre, corona real abierta.
La corona antigua del primer cuartel, así como los magados (armas aborígenes) y la leyenda de la cinta, aluden al antiguo reino aborigen del que Gáldar toma su nombre. El león de púrpura está tomado de las armas de España. La torre alude a la construcción defensiva que existió en el municipio, y lleva la cruz de Santiago por ser este santo su patrón. Las palmeras y los perros están tomados del escudo de Gran Canaria.
Gáldar es un municipio canario perteneciente a la provincia de Las Palmas. Está situado al noroeste de la isla de Gran Canaria, lindando con Agaete, Artenara y Santa María de Guía de Gran Canaria. En este municipio se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más representativos de los que existen en Canarias, la Cueva Pintada, que exhibe una valiosa muestra del arte realizado por los antiguos indígenas canarios.
Superficie | 61,59 km² | |
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Población | 24235 hab. (2015) |
La zona en la que se encuentra Gáldar se halla sobre uno de los asentamientos aborígenes más importantes de la isla de Gran Canaria, ya que fue sede de los guanartemes o reyes canarios hasta la conquista castellana de la isla a finales del siglo xv, por lo que tradicionalmente se le ha conocido como «ciudad o corte de los guanartemes».
Las dataciones más antiguas para el poblamiento de Gáldar han sido obtenidas en el yacimiento de la Cueva Pintada, revelando una ocupación de este espacio desde el siglo vii d. C.11
Juan de Abreu Galindo recoge en su obra la tradición histórica de una época anterior en que la isla se hallaba dividida en varios cantones, siendo gobernados por capitanes, hasta que una mujer llamada Atidamana, quien ejercía el papel de jueza en los conflictos y a quien todos respetaban y obedecían, se desposó con el capitán de Gáldar Gumidafe. Ambos hicieron la guerra al resto de capitanes de la isla, logrando unificar el gobierno insular bajo su mando y dando origen al linaje de los guanartemes.
Posteriormente, dos hermanos descendientes de Atidamana y Gumidafe dividen la isla en sendos reinos, Gáldar y Telde, aunque manteniendo la sede del sábor o consejo en Gáldar. Sin embargo, esto motivó tiempo después enfrentamientos entre los dos reinos.
Conquista europea y colonización
A la llegada de las huestes castellanas al mando de Juan Rejón primero y de Pedro de Vera después, los canarios de Gáldar se mantienen a salvo de las cabalgadas gracias a las defensas naturales que protegían la entrada a la vega de Gáldar, tales como la cuesta de Silva.
En 1481 o principios de 1482, según los distintos autores, el guanarteme galdense Tenesor Semidan es capturado por los conquistadores, enviado a la península y retornado ya cristiano y del lado de los castellanos. Tenesor, bautizado como don Fernando Guanarteme, logra atraerse a gran parte de sus antiguos súbditos, quedando en rebeldía los canarios del bando de Telde.
A finales de 1482, el capitán de la conquista, Pedro de Vera, aprovechando la amistad del antiguo rey, levanta un nuevo campamento en el poblado de Gáldar. Se construye una torre defensiva y se convierte una casa canaria en la primitiva iglesia de Santiago, constituyéndose el germen del moderno núcleo de población.
Tras la finalización de la conquista en abril de 1483, Gáldar pasa a ser uno de los distritos de los tres en que se divide la isla para llevarse a cabo los repartimientos, así como en beneficio eclesiástico. La antigua ciudad canaria se convierte en uno de los primeros núcleos de población modernos de Gran Canaria bajo la denominación de Villa de Santiago de Agáldar o Gáldar, contando con el título de villa y alcalde real desde finales del siglo xv. La fertilidad de su vega atrae a gran cantidad de colonos, que se mezclan con la población aborigen superviviente.
La riqueza en buenas tierras y aguas abundantes hacen pronto de Gáldar un enclave próspero, sobre todo gracias al comercio del azúcar desde sus puertos de La Caleta y Sardina. Posteriormente, la fundación de un convento franciscano atrajo a varias familias principales, dándole a la antigua capital canaria un ambiente señorial.
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